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sábado, 15 de marzo de 2008

EL PSOE GANA LAS ELECCIONES


La victoria del PSOE en las elecciones generales del pasado 9 de Marzo abre un nuevo periodo legislativo que se presupone continuista en cuanto a lo social, de reajustes en lo económico y más cauto con respecto a lo político: las grandes y arriesgadas apuestas de la pasada legislatura como la salida dialogada del terrorismo etarra o la reforma estatutaria de Cataluña, parece que no se reeditarán en esta nueva entrega; los resultados electorales permiten un gobierno de pactos puntuales con partidos como CIU, alejados en general de planteamientos especialmente controvertidos. De hecho CIU, que con 11 escaños sube uno más con respecto a 2004, es un partido de corte nacionalista moderado y de línea ideológica más cercana a la derecha que a cualquier otro tipo de presupuestos desestabilizadores o radicales. Esto, sin duda, es buena noticia para la Moncloa, que, al menos en principio, no debería preocuparse demasiado por el posible desgaste de la imagen de su ocupante (ZP) por aquello de la desmembración de España motivada por sus pactos con los independentistas y comunistas.

La próxima legislatura, en cuanto a la política terrorista del gobierno, que tanta indignación levantó en las filas del PP y tanta polvareda en las habitaciones de la democracia, no pareciera que fuera a presentar variación alguna desde la ruptura de la tregua. Las puertas del diálogo se cerraron rotundamente tras el atentado de Barajas de Diciembre y nadie las pretende volver a abrir. En relación a lo económico, la partida pareciera estar jugada de antemano, con un Solbes dispuesto a todo ante una desaceleración que, hoy por hoy, no afecta a los principales grupos económicos del país ni a un porcentaje muy elevado de españoles. Sin embargo está claro que ésta, de continuar con paso firme, podría llegar a sumir en una situación más que complicada a un importante sector de la población: si los tipos de interés subieran y la generación de puestos de trabajo se paralizara (se crearon unos 3.000.000 de empleos), o si aumentara el paro (en el pasado mes de Febrero el paro aumentó sensiblemente), las hipotecas se convertirían en más que un dolor de cabeza para las familias españolas. El reto se encuentra, como indicó el propio Solbes, en lograr diversificar entre los distintos ámbitos productores la generación de empleo, profundizar en la competitividad de las empresas españolas y detener la escalada de la Inflación. En este sentido, cobra especial importancia el pacto social que se ha comprometido Zapatero a liderar entre el gobierno, los sindicatos y la patronal de cara a toda la legislatura, así como el plan de choque ante la hipotética crisis económica, si es que se produce. Aumentar la estabilidad en el empleo, además de continuar generándolo (Zapatero ha propuesto la creación de 2.000.000 más de empleos, de los cuales un 60% serían destinados a mujeres), es uno de los principales desafíos del gobierno. El apartado de lo social, que en la pasada legislatura cosechó grandísimos éxitos con la aprobación de la Ley de Dependencia, la Ley de Igualdad entre sexos o la Ley de Matrimonio homosexual, tendrá continuidad con las políticas de creación de viviendas de protección oficial impulsadas desde el gobierno, así como con las ayudas para la Investigación y el Desarrollo o la escolarización de los niños entre los 0 y los 3 años.


En otro orden de cosas, la continuidad de Rajoy al frente del PP hasta la celebración del próximo congreso resulta casi asegurada. Los buenos resultados del partido así lo justificarían, a no ser que los marqueses más beneficiados por la subida de votos, como Esperanza Aguirre y Gallardón en Madrid, o Rita Berberá y Camps en Valencia, decidieran dar el salto antes de tiempo y se auto propusieran como posibles alternativas. Por su parte, Rajoy ya ha comentado que presentará su candidatura en dicho congreso con un equipo que anunciará el día antes de la celebración del mismo. De todas, todas, queda claro que con los resultados electorales en la mano, los españoles han dado su apoyo al PSOE, pero también que la fragmentación social, casi heredada de la Guerra Civil, se consolida e incluso profundiza. El PP ha subido en total unos 400.000 votos, de los cuales 160.000 han sido en la Comunidad Valenciana y 150.000 en Madrid, llegando a un resultado histórico: 10.167.000 votos (40,12%). El PSOE, sin embargo, no logró movilizar suficientemente al electorado pues, si bien aumenta en Cataluña unos 80.000, en el País Vasco unos 70.000, en Canarias unos 45.000 y en la ciudad de Zaragoza unos 35.000, pierde en casi todas las demás zonas, incluidas las tradicionalmente socialistas como Andalucía (-45.000 votos), por no hablar del descalabro de Madrid, donde ha perdido 180.000 votos. El único voto anti-PP que ha logrado movilizar el PSOE en su campaña electoral se ha producido en las zonas más afectadas por la política de corte centralista y contraria a la pluralidad que durante toda la legislatura promovió el PP: el boicot al cava catalán y al nuevo Estatut d’Autonomía elaborado por la Generalitat, a la política lingüística de Catalunya (donde conviven en una realidad bilingüe castellano y catalán), el acoso y derribo del nacionalismo vasco con continuas alusiones a su relación con el entorno de eta, etc. Se podría decir que la estrategia de línea dura, patriotismo desbordante, desmembración de España y traición a las víctimas del terrorismo, le ha salido bastante bien a la trilogía Acebes-Zaplana-Rajoy, pero no ha sido suficiente. En esta ocasión el voto que ha tomado prestado el PSOE ha sido el de los nacionalistas de izquierdas, que le han permitido no hundirse y contrarrestar la pérdida general de votos, llegando a un saldo positivo de +40.000, con respecto a las elecciones de 2004 (11.061.000 votos, 43,64% en 2008 y 11.026.000 votos, 42,59% en 2004). Así las cosas, con una subida de 5 diputados en cada partido (que acentúa el bipartidismo en España), un recorte de unos 350.000 votos del PP sobre el PSOE, y una directiva que se antoja similar en ambos bandos, no se esperan grandes entendimientos ni importantes acercamientos entre los dos grandes partidos, sino más bien todo lo contrario. Resulta evidente que el votante de derechas español ha aprobado con nota la estrategia crispadora elegida por su partido, y desplegada en los medios de la conferencia episcopal, el Mundo y Telemadrid. De hecho, sólo parecen haber acudido a votar con todas sus fuerzas los nacionalistas de izquierdas de Catalunya y el País Vasco, pues en el resto de España la pérdida total de votos del PSOE es de más o menos 210.000. La debacle de Madrid, ya crónica, también se debe a la irrupción del partido de Rosa Díez, ex parlamentaria socialista y diputada por el País Vaco, que en Madrid cosechó el apoyo de 132.000 ciudadanos ganándose un escaño, con un argumento político basado en la unidad de la patria española, contra las diferencias entre autonomías y frontal rechazo al diálogo con ETA. Por cierto, también cabría señalar que el efecto Gallardón del que únicamente se habían enterado las bases socialistas, como resultaba previsible no tuvo ningún impacto en las filas del PP. ¿Cabría recomendarle al Ramses que, como antes hizo Piqué, abandonara las naves? Parece claro que a la derecha española le va la marcha, dura; y que dentro del PP no es en él en quién descansa esa línea. ¿Será en Esperanza en quién habita la esperanza de vencer las próximas generales?. ¿Será que la división en la que ha quedado sumida España tras las elecciones generales no tiene arreglo?, ¿o será que ésta sigue siendo la misma que históricamente ha castigado una y otra vez la estabilidad del estado?. Una cosa es clara: con una oposición tan frontal y alejada del diálogo, combatiente contra las instituciones básicas del sistema democrático y unos medios de comunicación tan radicales como manipuladores, gobernar se puede convertir en tarea titánica de imprevisibles consecuencias, máxime cuando ya se está hablando de sumar 8 años de calumnias y asidias contra el estado de derecho y la democracia en general. ¿Dónde se han metido los moderados del PP?, ¿dónde están los ciudadanos que se consideraban de derechas y salieron a manifestarse contra la participación de España en la guerra de Irak?, ¿será posible que igual que existieron en algún momento, reaparecieran para darle chance y apoyo a la línea Gallardón, Piqué and Co.?


Ah!, se me olvidaba: Izquierda Unida perdió el grupo parlamentario, lo cual viene a significar que o bien desaparece definitivamente como partido y se integra al PSOE, o bien resurge de las cenizas cual Ave Fénix en las próximas elecciones. Lo segundo es más un chiste que una posibilidad, pues si se observa la curva de voto desde el inicio de la democracia en España, se ve claramente como elección tras elección han perdido apoyo. Sin embargo, lo más sangrante de la cuestión es que IU es la tercera fuerza más votada de todo el país, con cerca de 1.000.000 de votos. Es calro que el sistema electoral basado en la archiconocida Ley d’Hondt no beneficia en lo absoluto a este tipo de partidos y que necesita revisión. Si al PSOE y al PP le han costado unos 63.000 votos cada escaño, a IU 500.000. Además, si se compara la cantidad de escaños conseguidos por los partidos nacionalistas con muchísimos menos votos que los de IU, clama al cielo.

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