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viernes, 1 de mayo de 2009

New York... (parte I)

Tratar de hacer un resumen ejecutivo de lo que es Nueva York, además de demasiado pretencioso, es inútil. Hay demasiado por ver, demasiado por vivir, demasiado por construir y demasiado por contar. Probablemente uno pudiera pasar la vida entera descubriendo la camaleónica NYC. Qué ciudad amigos!

Empezaré por el principio: llegada a JFK, metro hasta la 42 Port Autority con la línea E, directo y Express service; lo que viene a significar que de cada 5 o 7 paradas del tren "lento" (que llaman local) éste hace 1. Total de tiempo desde el aeropuerto hasta el centro absoluto (la 42 port autority está en Times Square): menos de 45 minutos. Apunte que la distancia entre el JFK y la 42 es de unas 5 veces más que la existente entre Barajas T4 y Sol. EL precio del billete de metro, a cualquier lugar de NYC es de 2 dólares. Hay pases mensuales, semanales, etc, con lo que el resultado es el siguiente: cuesta lo mismo que en Madrid, es mejor el servicio, más rápido y llega a más lugares. Eso sí, las paradas son, digámoslo así, cutres, antiguas y algunas están incluso algo deterioradas, pero, es eso lo que verdaderamente importa a la hora de llegar de un sitio a otro?

Una vez en Times Square, alucinar con el gasto energético ridículo de las cientos de pantallas luminosas que por la noche hacen de sol. Anuncios y más anuncios de empresas y más empresas, junto a teatros y más teatros con musicales y más musicales en Broadway Theatre Disctrict. Un tsunami de luces Led, neones, pantallas planas inmensas y bombillas como las de la Feria de Abril te dan la bienvenida a tu salida del metro. Desorientación. Bloqueo. Dónde estoy? en New York City.

El primer transecto desde la 42 Port Autority hasta el hotel donde dormiríamos una media de 5 hrs por noche fue un desfile de étnias y más étnias. Caminando tranquilamente o con prisa por esas inmensas aceras que te hacen sentir seguro e incluso cómodo en esa masa de asfaltos, coches, edificios kilométricos y pantallas enormes. Sin aglomeraciones molestas, sin un tráfico imposible, sin encontrar por ningún lado esas preciosas obras públicas de carreteras y aceras que tanto se disfrutan en Madrid, especialmente cuando uno lleva maletas.

Qué ciudad mas impactante! Según dejamos las maletas en la 409 del Travel Inn Hotel, nos fuimos a cenar. Qué mejor que una hamburguesa grasienta y asquerosa yankee para bajarse de la nube en la que habíamos entrado involuntariamente? Resultó rana el experimento. Fuimos a pié hasta el Flatiron Building (ese edificio en forma de triángulo situado en el extremo de una manzana de edificios con Broaway Ave), frente a la Plaza Madison Park, donde se encuentra el Shake Shack. Reconocido por críticos gastronómicos y ciudadanos neoyorkinos como el mejor antro de hamburguesas de la city; dando fe la cola de 1 hora que para realizar la comanda hay cada día. Pedimos French Fries, Shake Shack Burguer y Cerveza (aquí sí ponen, no como en Mc Donnalds)... y la sorpresa fue pluscuamperfecta. Qué buena estaba la P. Hamburguesa y qué bonita era esa plaza, y qué buen rollo se respiraba en esa zona! Comenzaba a pensar que me habían echado algo en la apestosa comida de Iberia. No entendía nada. Se respiraba tranquilidad en el medio de NYC, calma y encima la hamburguesa estaba buena. Digo que realmente era una elaboración gastronómica gustosa y con sus matices!

La vuelta al Hotel, a través de Broadway, otro sueño... de repente, carteles en Koreano y Koreanos por todas partes. Estábamos atravesando Little Korea. NYC comenzaba a mostrarse en toda su expresión...

(continuará...)

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