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lunes, 11 de mayo de 2009

hay opciones...


El Gobierno de España ha decido no penar la hospitalidad con inmigrantes ilegales tras las miles de críticas recibidas desde todos los frentes posibles, incluidos los Blogosféricos, claro está... y es motivo de alegría esta acertada decisión, no sólo para los ciudadanos solidarios y los inmigrantes en situaciones irregulares, sino también para la sociedad española. Se ha conseguido frenar un atropello y se ha hecho en son de paz.

Qué duda cabe que aún la nueva Ley de Extranjería supone un retroceso en los derechos y libertades de los seres humanos, como el reclutamiento forzoso en los eufemísticos centros de internamiento, que pasa a ser de hasta año y medio de duración, pero que duda cabe también que ha funcionado a las mil maravillas la presión realizada desde la llamada sociedad civil: ONGs, movimientos sociales de variada índole, Blogs e incluso algún atrevido en columnas de periódicos prestigiosos. Es un paso adelante que merece una reflexión optimista:

Si bien las cosas están mal, siempre pueden estar peor; con lo que se requiriere de las aportaciones en tiempo, esfuerzo y trabajo de millones de personas alrededor del mundo para ponerle fronteras intangibles, pero robustas, a estos disparates y abusos de poder en tiempos revueltos. Son exitosas estas iniciativas de condena pública de ciertos actos, aún si no logran su propósito por el cual nacen, y lo son, porque ponen una tilde invisible, marcan un transparente límite y producen un ensordecedor grito inaudible, que poco a poco va dando sus frutos.

La crisis abre una nueva puerta. Se acabaron los amiguismos, los aprovechados, los chopópteros, las fantasías millonarias consumistas de los 90, el martilleo de Ricky Martin en los oídos despreocupados de las masas atontadas con su María y la nieve en polvo. Pero eso es mucha tela para este Post. La nueva puerta que se abre habla de una profunda transformación del sistema económico y político a nivel global: el socialcapitalismo, si se quiere llamar así. Un sistema donde las principales entidades financieras, hasta hoy privadas y a su libre albedrío, se convierten en organizmos ultraregulados por la Res Pública, o incluso con la forma de casi Empresas Públicas; y todo ello en el marco del Mercado. Regulado, eso sí. Será ésta la síntesis en términos materialista-histórico entre el Neocapitalismo y el Postcomunismo (por llamarlo de alguna forma)? quién sabe. Lo curioso es que a la revolución (o evolución, como se prefiera) se han unido todos: incluso el amigo Greenspan, senil ultrafundamentalista Neocon, que guarda silencio en la cueva. La coyuntura internacional está de parte del cambio. De la regulación.

Ahora toca dar el paso definitivo. Y si se comienza por proponer desde la sociedad civil un sueldo máximo?, un tope de beneficios a partir del cual todo el resto se destine a mecanismos de regulación, aportaciones a proyectos de transformación integral participados??, avanzar en la democracia directa y reflexiva?, avanzar en los gobiernos locales hacia unos ayuntamientos participados?, continuar con la creación de espacios abiertos de deliberación y decisión participados...

Brindo por ello!

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