Descarga gratuita del disco de Alea Iacta Est, "confusion"

lunes, 22 de octubre de 2012

Agradecido...


Suele suceder el desespero. Que agonice la templanza y se agranden los boquetes. Suele suceder el verbo esquivo, el gozo en un pozo, el querer y no poder. Suele suceder que la pericia erre, crezcan las paredes cual gigantes, el círculo no cierre, caigan las persianas y la negra luz lo inunde todo. Suele suceder perderse y no encontrarse, entrar y no salir, salir y no volver a entrar.
Afortunadamente, suele suceder la esperanza al desespero. Que crepiten las neuronas y florezcan las magnolias, renazcan los dulzores, embista la magia al sueño y la punta de un lápiz mal afinado irrumpa el blanco eterno inmaculado, aparezca el verbo esquivo, la sonrisa perfecta y la palabra precisa.
Durante la subida y la bajada, el éxtasis, el frenesí, la pasión y el temor, el desespero y la desazón; algunos, estuvisteis siempre ahí. Estoicos. Sin esperar nada a cambio. Sin recibir nada a cambio. A vosotros, mi infinita gratitud. Pues si bien suelo recordaros, no acostumbro a expresar cuánto admiro, reconozco y valoro vuestras enseñanzas.
Valgan estas palabras para honraros:

Gracias por amar y luchar. Gracias por estar. Gracias por soñar y hacer a otros soñar. Gracias por la valentía y el esfuerzo. Gracias por remar y ayudarme a remar. Gracias a ti, Iving, por volar conmigo y construir. No sería capaz de abrir mi boca, de levantar mi mano o de sentir que puedo, sin tu aliento. Te quiero tanto… Y, gracias a ti, Manuel, porque a ti te debo una canción. Un vino. Un baile. Una flor… y esta obra. Gracias por vuestra paciencia eterna, gracias por vuestras infinitas muestras de cariño, vuestra comprensión, vuestros sabios consejos. Gracias por quererme tanto… no encuentro el modo de deciros de mejor forma que esta vida mía es tuya, Iving; que esta felicidad mía es tuya, Iving; que esta obra mía… es vuestra, Manuel, Iving. Gracias.

Suele suceder, también, que los agradecimientos olviden muchos nombres. Nombres importantes, de personas que, siendo ellas conscientes o no de su importancia, fueron claves en algún momento de la vida de uno. Intentaré dar cuenta de todos, comenzando en estas líneas por mi madre y mis abuelas, sin las cuales, jamás habría podido llegar a ser quien soy en la virtud. Gracias mamá por tu ingente esfuerzo y tu aliento incombustible. Gracias Tota y gracias Tati por vuestro incondicional amor. Gracias Ana, Lara y Lucía. Gracias Viejo y gracias Pau. Los quiero muchísimo y tengo tanto que agradecerles que aún sería más largo este apartado que el total de páginas que integran esta Tesis.

Gracias a mis grandes amigos. Pocos, pero grandes, escritos con cincel en la más estúpida pero exclusiva lista del mundo: gracias querido Babe, querido hermano. Gracias por todos los años que compartimos en Lavapies, por tu decidida e incansable entrega a los demás. No tienes idea de la deuda que todos los que te conocemos tenemos comprometida contigo. Hermano, tan pocas veces te he dicho lo mucho que te quiero, que me obligo a dejar constancia pública de tal hecho en esta página. Gracias Dani, mi viejo amigo, poeta errante enamorado de la pasión, ¡sigue contagiándonos!. Gracias Luis, el sonido y la furia. Gracias Elmar por tu sistematicidad (¡quién iba a decir que “how to write a lot” fuera a funcionar, sino tú!). Gracias Kiko, Ángel y Chino por estar ahí. Gracias Ana, mujer llena de fe, por esos detalles tan tuyos (recuerdo especialmente uno en forma de maletín de cuero grabado con las letras Dr.), gracias Alba, Bárbara y Víctor, Vesi, Zari, Juan. Gracias Feñan, Bernat, Clara, Santi. Gracias Cris.
Gracias a Alea Iacta Est y lo que aprendí de aquella aventura. Soberbia: La sonrisa del Ganador la refleja, en estos momentos, la comisura de mis labios.

Gracias a los buenos maestros de la Laboral cuyas enseñanzas no olvido: Calvín, María José, Paloma, Cuetos. Gracias a los profesores de la Facultad de Ciencias Políticas con los que conecté (María Ángeles, Cotarelo) y, sobre todo, gracias a los profesores del Master de Investigación Participativa para el Desarrollo Local de la UCM, especialmente a Monty, a Villasante, a Loli, a Pedro, a Garrido y a Lorena. Su sapiencia fue determinante para la creación de esta Tesis Doctoral. Gracias a los responsables del Instituto de Paz y Conflictos de la Universidad de Granada.

En estos ajetreados tiempos, de inequidades tercas y obstinadas, calma reparar en la abrumadora generosidad de aquellos que, de un modo u otro, su alma dan a que se nutra y perfume el viento de justicia. Aquellos que, de un modo u otro, piensan y actúan en simbiosis fraterna por romper las cadenas que someten, las reglas que uniforman, los poderes que aplastan. Gracias a mis compañeros y compañeras de lucha por cultivar semillas de esperanza y transformación social. Gracias Bere, Olga, Betza, María Victoria, Natalia, Carol, Yineth y Víctor (el equipo de Nomadesc que conocí) por demostrar, casi de manera impertinente, que se puede, y se debe. Gracias Marylen y Jhon Henry, Juan y Marta, María y Alberto, Benito, Ana María y Johann, Cova, Arantxa, y; claro está, compañeros de Sembrar y la Federación: Cene, Zora, Eduardo, Jairo, Gladys, Yoha, Doña Pilar, Teo y Gabo. A todos vosotros gracias por regalarme vuestra infinita valentía: ¡Liberación!. Gracias a Paz con Dignidad (Luis, Ibone y Blanca) por confiar en mi.

Y, por supuesto, gracias a los sufridos vecinos y vecinas de Las Palmeras por vuestras cotidianas muestras de valor, humildad e inteligencia con las que os levantabais frente a la exclusión y marginalidad impuesta. Huelga decir que pese a ser yo el suscriptor de la presente, no cabe duda alguna de que el mérito no me pertenece en exclusiva. De esta Tesis Doctoral es también parte Iving Zelaya -compañera, esposa y coordinadora del equipo de investigación, formado también por Bea y Rafa-, el Maestro Antonio de los 44, las Presidentas de Bloque Mariló y Mely, y todos aquellos vecinos y vecinas que, arriesgando mucho más de lo que algunos imaginan, decidieron formar parte de un proceso participativo sin parangón. El mérito es vuestro, si bien, permitidme que me atribuya en exclusiva la responsabilidad de las posibles fallas, errores u horrores cometidos. 
Por último, no quisiera perder la ocasión para agradecer enormemente a las y los profesionales que constituyen el equipo de EPSA Córdoba por su compromiso a la hora de mantener vivo el proyecto de las depredadoras garras de una crisis que parece haber venido a instalarse para desmantelar el estado de protección social que tanto esfuerzo (y sangre) costó construir. ¡Escríbase una oda a los funcionarios atrevidos, comprometidos con la cosa pública, apasionados de la administración al servicio del ciudadano…! Isabel, Ana, Rodrigo, Belén, Alfonso y equipo administrativo: mil gracias por facilitarnos el trabajo, mil gracias por vuestro cariño y vuestra profesional y exquisita dedicación a la gestión del parque de VPO de Córdoba. Siempre, con una sonrisa por delante.

Un disco (y un EP), un documental y un libro… el vino está al caer.

2 comentarios:

Pepe Peinado dijo...

¿Significa que terminas tu trabajo y vuelves a hacer vino?

Lempira dijo...

el vino llegará... pero más adelante. Tienes un reto grande con eso: mucho que enseñarme!