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lunes, 27 de octubre de 2008

Que viene la crisis!

Pero... ¿dónde está?, ¿cómo es?, se come a los niños como los comunistas?, tiene el pelo largo?, es un gran oso?, un dragón, oscuro, grande, eterno, de sombra inmensa y dientes largos?, cómo será esta crisis brutal todopoderosa tododestructiva, que, dicen, será peor que aquella que estudiamos en nuestros libros de instituto... el Crack del 29. Aún recuerdo la profunda voz del maestro hablando de la sobreproducción, de los stocks, de la inflación, de los despidos en masa, del atasco de la economía real... parece increíble que se terminen estos felices 90, sin el charleston de los años 20, pero con Ricky Martin y David Bisbal, discotequeo, borracheras generalizadas y manifiestacciones de los pseudorevolucionarios postmodernos pasados de María; estos superficiales 90 donde todo vale con tal de entretenerse uno mismo, horas de televisión basura intrascendente y de relaciones vacías, sin contenido; de hipotecas millonarias a 40 años: la postesclavitud democrática, diría el filósofo. Y parece que toca su fin, si hacemos caso al modo en el que se transmiten los hitos históricos: 1789, La Revolución Fancesa con la toma de la bastilla, 1917, La Revolución Bolchevique tras el domingo sangriento de 1905 y ahora, el 11S con el derribo de las torres del poder del centro financiero mundial y 2008 como año del desplome de Wall Street.

Los nostálgicos de tiempos "movidos" estarán de enhorabuena, pues no cabe duda que hemos entrado en uno. Quizás el mayor de la historia... pero, ¿dónde está la crisis que el Corteinglés está lleno?. Y Carrefur más lleno todavía... a lo mejor es que el monstruo aún no se deja sentir en la economía real española, o, quizás es que en un ataque de locura, la población se amontona en las grandes superficies para hacer acopio de provisiones por lo que pueda pasar... y parece que va a pasar: hipotecas por las nubes, impagos, morosidad, falta de crédito, subida de precios, pérdida de poder adquisitivo, devaluaciones de las monedas... de vuelta a casa de los padres los recién casados, se acabó la fiesta, Ricky Martin y la María. Son momentos de redefinición sistémica. Momentos de cambio drástico de paradigmas... aquello del mercado libre que se auto-regula, lo de que el Estado es el problema y no la solución, aquello de que consumir no es derrochar. En fin, todas esas enseñanzas de los chicago boys y los afamados MBA de Hardvard, herederos de la letal dupla Reagan-Tatcher; y los Bush, Greenspan, and company, se han ido al garete. Es como si se hubieran despertado súbitamente de sus ensoñaciones, de sus delirios desregularizadores y para colmo de males, convertidos en socialdemócratas!: "Nacionalicemos la banca!, que intervenga el Estado!, más fondos públicos!... Parece el mundo al revés (Excepto para Esperanza Aguirre que sigue sin enterarse de nada. ¿La recuerdan como ministra de cultura?: "SarAmago?, pues no, no he leído nada de esa señora"), pero es lo que pasa cuando los paradigmas tienen que cambiar. 

Dándole vueltas a esto, quizás resulte que el modo en el que se transmiten los hitos históricos finalmente sea el correcto... vaya usted a saber!, por aquí parece que la gente no se ha enterado todavía, pero Sarkozy habla de refundar el capitalismo y de darle más capacidad de intervención y regulación al Estado!!!!!, (¿Se acuerdan de cómo llegó al poder?) pareciera como si el chip de sus cabezas hubiera sido sustituido mientras dormían: 2008, pinchazo de la burbuja inmobiliaria, desplome de la bolsa. Desconexión. Conexión: Más Estado!, más Regulación!, más aplicación de leyes!, Nacionalizar!. ¿Será que los profesores de historia, con sus barbas largas y pelos canosos se convierten en duendecillos  que se adentran en las habitaciones de los líderes políticos en los momentos de crisis y les susurran al oído: "Se ha terminado la era neoconservadora. Entramos en la Transmodernidad económica, la fundación del Estado Global y la regulación a escala planetaria"?. No encuentro mejores explicaciones...

Pero, oiga!, alguno exclamará: ¿dónde está la izquierda?, ¿cuáles son sus propuestas para afrontar la crisis?, ¿qué sistema propondrían de cara al futuro?... "menudo embolado en el que se ha metido", le contestaría yo; y ellos: "Analizando la situación, camarada!". Como siempre desde el hundimiento de la URSS. Sin respuestas a lo que pasa cuando pasa o con miles de análisis divergentes sobre lo que ha pasado hace 20 años. ¿Acaso alguien de IU ha sido capaz de explicar cuál es el modelo de Estado social y económico que persigue el partido cada vez que se presenta a las elecciones?, ¿porqué la economía planificada de intervención estatal fracasó?, ¿porqué la Unión Soviética sucumbió estrepitosamente en 1989 llevándose consigo todas las referencias de los partidos comunistas europeos?... ¡Cómo van a ser capaces de proponer si quiera la introducción de una coma en las mesas de trabajo sobre la refundación del sistema!...

Aunque propuestas hay: Aplicación de las normas existentes en el marco del comercio internacional mediante la creación de estamentos con capacidad regulatoria efectiva de carácter supraestatal, aplicación de la Tasa Tobin, acercamiento de los Bancos Centrales y coordinación de sus políticas económicas, mejor redistribución de la riqueza a través de la imposición de máximos beneficios (y no solo salariales, también en stock options, acciones, etc.), freno de las inversiones de carácter especulativo a través de supervisiones efectuadas por estamentos supraestatales y transnacionales, coordinación y consenso de las políticas de desarrollo a escala planetaria: liberalización del mercado del Tercer Sector, aunque afecte directamente a parte significativa de la población del primer mundo; más y mejor democracia: establecimiento de estructuras de decisión y gestión de carácter participativo directo en lo local; mayor independencia energética a escala global: cada zona según sus necesidades (producción minufundista y utilización para fines de desarrollo endógeno de los Biodiesel, construcción de plantas de energía nuclear, investigación en Fusión de Hidrógeno, energía renovables); consensos planetarios temporales respecto a políticas exteriores y respeto del Status Quo vigente...

Son momentos de transformación integral: ¿estaremos "la sociedad civil" a la altura de las circunstancias?

viernes, 24 de octubre de 2008

Hay luz en Rumanía (notas de viaje por Transilvania)


Bucaresti tiene un encanto espacial. No es una ciudad que enamore a primera vista, pero el gris de los enfoscados de sus edificios suburbiales observado a diferentes horas del día es para no perdérselo. Y no hablo en broma. Los efectos que producen las luces del atardecer y el alba en las fachadas superpuestas de estos enormes barrios periféricos son capaces de enamorar. Por la noche, las bombillas ecendidas de los pisos, inundan de luz sus ventanas.

Bucarest está viva. Y llena de cultura, de casas de libros usados y de antigüedades. Una miríada de hojas escritas en rumano, ruso, francés, alemán y algo menos en inglés, aparecen en cada esquina en las miles de tiendas repartidas por Piata univeritatii. Si disfrutas con la lectura, está de enhorabuena: libros por 2 Leis (menos de 0,70€)... y muchos teatros. Se calcula que actualmente en activo hay cerca de 120 repartidos por toda la ciudad. Eso sí, lejos de los 400 de la época de entreguerras, cuando Bucarest era el París del Este. Y no tanto por sus grandes y bonitos edificios, sino, precisamente, por esa efervesencia cultural en forma de representaciones teatrales. Y música: actualmente el festival masters jazz de Octubre tiene siempre un gran cartel.

Sobre el Parlamento, qué más se puede decir que no se haya dicho en infinidad de ocasiones: el segundo edificio más grande del mundo en superficie (el primero es el pentágono), el más rápido en ser construído, el que más muertes por accidentes laborales ostenta de la era moderna, el que más habitaciones tiene, el que más, el que más, más, más... en fin. Que es muy grande e impresionante. Desmerece el Tour guiado, eso sí. Por simple y también por tonto: que si el marmol es muy caro y de Rumanía, que si las cortinas pesan una tonelada, que si Michael Jackson habló en el balcón principal a la multitud y dijo "Hello Budapest" en lugar de Bucarest (cosa que no sucedió en el Parlamento, sino en el estadio donde dió el concierto), y otras frivolidades... me quedo mejor con las historias de ese parlamento construido por Ceucescu, esas que se oyen aún retumbando en algunas de esas 3100 habitaciones... eso sí. Entrar, hay que entrar, pues sólo por la vista del mítico balcón sobre el antaño "Bulevar del triunfo del comunismo", 1 metro más ancho que Champs Elisés, vale la pena. Desde fuera. Magnífico. Impetuoso. Titánico.

El viaje constó de 8 días. Bucarest los dos primeros, Brasov el tercero, Bran y Rasnov el quinto, Sighisoara el sexto y Sibiu el Séptimo, para reg
resar nuevamente a Bucarest y tomar el Easyjet de vuelta a Madrid. Mejoraría el itinerario planificar un par de días más para Sibiu y sus alrededores, pues las iglesias fortificadas diseminadas en pueblecitos rurales son muy interesantes.

Brasov es una ciudad encantadora. Vale la pena detenerse en ella por un día, conocer su iglesia negra, pasear por su amplia plaza y hacer alguna caminata por las cercanas montañas. Los osos rumanos acechan y es posible verlos no dificilmente. Bran, donde está el afamado a la par que falso castillo de Drácula no vale la pena en absoluto, pero siendo la primera vez que se visita la zona, ¿cómo atreverse a perdérselo?... de todas maneras, en el bus que te lleva desde Brasov hasta el castillo hay un pueblecito que se llama Rasov en cuya montaña se asienta una ciudadela del Siglo XIV. Preciosa.


Pero, las joyas de la corona son Sighisoara y Sibiu. La primera es una pequeña localidad que alberga una deliciosa ciudadela habitada, con una iglesia Católica en lo alto y una preciosa torre-reloj frente a la cual, ahora sí, se encuentra la casa natal de Drácula. En Sighi queda en pié prácticamente la totalidad de las torretas defensivas, las puertas de acceso y la muralla original. Dentro de la ciudadela, se suceden la casitas monumentos históricos habitados. Vivos. Un pintoresco destino para pasar un más que agradable día.


Sibiu es caso aparte. Una Joya extraviada de los mapas hasta 2007 cuando ostentó la capitalidad europea de la cultura junto con Luxemburgo. Se trata de una ciudad de 170.000 habitantes con una programación de eventos artísticos muy interesante y una de las zonas céntricas más hermosas del mundo (EMHO). Una especie de Viena-Koblenz. Una perla perdida en Transilvania, plagada de casas del sigo XIV y XV, con bellísimos palacios completamente restaurados, teatros, torretas defensivas y partes de la muralla intactas. La iglesia central, actualmente en obras, alberga una torre visitable con 191 escalones desde la que se ve toda la ciudad. Una vista imprescindible. La zona que rodea el centro histórico es también magnífica, con un toque decadente que hace de genial contrapunto.


En cuanto a precios, se puede visitar Rumanía con unos 50 € diarios para dos personas, incluyendo viajes en tren y comidas. Para dormir la cosa se complica: los precios de los hoteles están completamente disparados, también la de algunos servicios. Si te decides a hacer el viaje a través de www.hospitalityclub.org... no dejes de contactar con Tinafran en Bucarest y Georgo en Sibiu. Gente realmente estupenda, muy agradables, conocedores de la zona, simpáticos e incluso entrañables.

jueves, 9 de octubre de 2008

Prohibida la publicidad...


Gallardón y Ana Botella han presentado la nueva normativa municipal que prohibe repartir octavillas por la calle así como pasearse con carteles publicitarios del tipo que sean. La normativa entrará en vigor en 2009.

Y digo yo: me suena un poco extraño que se haga una normativa municipal que afecta a tan pocas personas directamente. Es decir, si hacemos un cálculo rápido de los empleados que se dedican a repartir octavillas por Madrid y a los encargados de portar los carteles adheridos al cuerpo, podríamos sumar unas 100 personas, ¿a lo sumo? y, si bien, es motivo de satisfacción el hecho de que las Administraciones cumplan con sus deberes, en este caso normativos, con la intención de poner el correspondiente orden legítimo, no deja de rozar en este caso el absurdo la cuestión. Me explico: dice el señor Gallardón que lo hace "por que afecta a la dignidad de las personas el hecho de servir su cuerpo como soporte publicitario" y añade que no es por "una cuestión de estética" (excusatio nos petita...)

Vayamos por partes. Primero, en cuanto a lo que se refiere a la estética, hablaré más adelante, y en cuanto a lo que se refiere a la dignidad de las personas también... pero primero, lo primero: a lo que a mí me recuerda esta situación es a aquella de hace un par de años con la normativa de regulación del tráfico mediante la cual, ni corto ni perezoso, clavó los estupendos parkimétros en zonas donde el tráfico era de lo más fluido, como en el barrio del Pilar. Y me suena a aquello por que recuerdo que la cantinela era que "el ayuntamiento no tiene ningún ánimo recaudatorio" sino que de lo que se trataba era de "solucionar los problemas de tráfico de Madrid"... algo parecido a lo que sucede ahora, que en el nombre de la dignidad humana se prohíbe un tipo de trabajo que a los únicos que perjudica es a las empresas de márketing directo y de publicidad al uso; pues es mucho más barato contratar a una persona para que reparta octavillas de una escuala de inglés, por ejemplo, que acudir a una de estas empresas de servicios integrales de publicidad. ¿Quizás sea pues una medida en defensa de un sector productivo? Así entendería más la postura de Gallardón y de Ana Botella, porque si hablamos de estética, qué quieren que les diga, pero prefiero mil veces ver un cartel de esos de "Compro Oro" que ver en la ropita de marca de la señora botella o Aznar al cocodrilo de turno. Pero cabe otra posibilidad. ¿Será que se han vuelto los señores del PP defensores de la integridad y dignidad del ser humano hasta tal punto que están pensando en refundar las bases del sistema neoliberal para que el Estado vuelva a ser todopoderoso y siente, de una vez por todas, los cánones de lo estético y lo digno?.

¿Se atreverán a prohibir las camisas de cuadros escoceses o aquellas en las que los logos y nombres de las marcas superan en tamaño incluso el soporte en el que se presentan? ¿Que van a hacer los correligionarios con sus camisas de Lacoste o D&G?, ¿se las tendrán que requisar por hacer publicidad en la calle y multar a la empresa por ello?, ¿o es que solo se piensan prohibir los casos en los que el porte de logos publicitarios sean remunerados?, o... ¿quizás sólo serán prohibidos aquellos portes en los que el glamour del anunciante no sea lo suficientemente IN e irrespete esos nuevos cánones de estética fashion por los que parece que están tan preocupados en el consistorio madrileño?

¿Qué mosca les habrá picado?

lunes, 6 de octubre de 2008

En qué consiste exactamente la crisis económica actual y qué la ha motivado


El siguiente Post es un corta-pega de la mejor explicación que he podido encontrar sobre el fenómeno de la crisis, sus implicaciones, causas y efectos. Se trata de un artículo de Walden Bello para www.sinpermiso.info, (por cierto, una revista independiente e imprescindible) publicado allí bajo el título "Todo lo que usted quiere saber sobre el origen de esta crisis pero teme no entenderlo"





"Muchos en Wall Street todavía están digiriendo los acontecimientos epocales de las últimas semanas:

* Entre 1 y 3 billones de dólares de activos financieros evaporados.

* Wall Street, nacionalizado, con la Reserva Federal y el Departamento del Tesoro tomando todas las decisiones estratégicas importantes en el sector financiero, y a todo eso, con un gobierno que, tras el rescate de AIG, pasa a dirigir la mayor compañía aseguradora del mundo.

* El mayor rescate desde la gran depresión, con 700 mil millones de dólares reunidos a la desesperada para salvar al sistema financiero global.

Las explicaciones habituales ya no bastan. Los acontecimientos extraordinarios precisan de explicaciones extraordinarias. Pero antes…


¿Ya pasó lo peor?


No, si algo ha quedado claro con los movimientos contradictorios de estas semanas en que, al tiempo que se permitía la quiebra de Lehman Brothers, se nacionalizaba AIG y se fraguaba la toma de control de Merril Lynch por el Bank of America, es que no hay una estrategia para afrontar la crisis; a lo sumo, respuestas tácticas, como bomberos que se pisan la manguera, abrumados por la magnitud del incendio.

El rescate de 700 mil millones de dólares de las obligaciones hipotecariamente respaldadas en poder de los bancos no es una estrategia, sino, básicamente, un esfuerzo a la desesperada para restaurar la confianza en el sistema, para prevenir la erosión de la fe en los bancos y en otras instituciones financieras y para evitar una afluencia masiva de retirada de fondos de los bancos como la que desencadenó la Gran Depresión de 1929.


¿Qué causó el colapso del centro neurálgico del capitalismo global? ¿Fue la codicia?


La vieja y venerada codicia jugó su parte. A eso se refería Klaus Schwab, el organizador del Foro Económico Mundial, el jamboree de la elite global celebrado anualmente en los Alpes suizos, cuando dijo a su clientela en Davos este año: "Tenemos que pagar por los pecados del pasado".


¿Fue el de Wall Street un caso de alguacil alguacilado?

Desde luego. Los especuladores financieros rizaron el rizo hasta confundirse ellos mismos con la creación de contratos financieros más y más complejos, como los derivados, tratando de ganar dinero a partir de todo tipo de riesgos (incluidos exóticos instrumentos de futuros, como los credits default swaps o contratos de protección de derivados crediticios, que permitían a los inversores apostar, por ejemplo, a que los prestatarios de la propia corporación bancaria ¡no serían capaces de devolver su deuda! Tal es el comercio multibillonario no-regulado que acabó tumbando a AIG.

El 17 de diciembre de 2005, cuando la International Financing Review (IFR) anunció sus premios anuales del año –uno de los programas de premios más prestigioso del sector—, dejó esto dicho:

"Lehman Brothers no sólo mantuvo su presencia global en el mercado, sino que dirigió la penetración en el espacio de preferencia… desarrollando nuevos productos y diseñando transacciones capaces de subvenir a las necesidades de los prestatarios… Lehman Brothers es el más innovador en el espacio de preferencia precisamente por hacer cosas que no pueden verse en ningún otro sitio."

Huelgan comentarios.


¿Fue falta de regulación?

Sí. Todo el mundo reconoce ahora que la capacidad de Wall Street para innovar y excogitar instrumentos financieros más y más sofisticados ha ido mucho más allá de la capacidad regulatoria del Estado, y no porque el Estado no fuera capaz de regular, sino porque la actitud neoliberal, de laissez-faire, imperante impidió al Estado diseñar mecanismos efectivos de regulación.


Pero ¿no hay nada más? ¿No hay nada sistémico?

Bien, Georges Soros, que lo vio venir, dice que lo que estamos pasando es la crisis del sistema financiero, la crisis del "gigantesco sistema circulatorio" de un "sistema capitalista global… que está reventando por las costuras".

Para seguir con la idea del archiespeculador, a lo que estamos asistiendo es a la intensificación de una de las crisis o contradicciones centrales del capitalismo global, cual es la crisis de sobreproducción, también conocida como sobreacumulación o sobrecapacidad.

Se trata de la tendencia del capitalismo a construir una ingente capacidad productiva que termina por rebasar la capacidad de consumo de la población debido a las desigualdades que limitan el poder de compra popular, lo cual termina por erosionar las tasas de beneficio.


Pero, ¿qué tiene que ver la crisis de sobreproducción con los acontecimientos recientes?

Muchísimo. Pero, para entender la conexión, tenemos que retrotraernos a la llamada Época Dorada del capitalism contemporáneo, al período comprendido entre 1945 y 1975.

Fue un período de rápido crecimiento, tanto en las economías del centro como en las subdesarrolladas, un crecimiento propulsado, en parte, por la masiva reconstrucción de Europa y del Este asiático tras la devastación de la II Guerra Mundial, y en parte, por la nueva configuración socio-económica institucionalizada bajo el nuevo estado keynesiano. Un aspecto clave de esta última fueron los severos controles estatales de la actividad de mercado, el uso agresivo de políticas fiscales y monetarias para minimizar la inflación y la recesión, así como un régimen de salarios relativamente altos para estimular y mantener la demanda.


¿Qué pasó, pues?

Bien, este período de elevado crecimiento terminó a mediados de los 70, cuando las economías del centro se vieron inmersas en la estanflación, es decir, en la coexistencia de un bajo crecimiento con una inflación alta, lo que la teoría económica neoclásica suponía imposible.

Sin embargo, la estanflación no era sino el síntoma de una causa más profunda, a saber: la reconstrucción de Alemania y del Japón, así como el rápido crecimiento de economías en vías de industrialización, como Brasil, Taiwán y Corea del Sur, añadió una enorme capacidad productiva e incrementó la competición global, mientras que la desigualdad social, dentro de cada país, y entre países, limitó globalmente el incremento del poder adquisitivo y de la demanda, resultando así erosionada la tasa de beneficio. La drástica subida del precio del petróleo en los setenta no hizo sino agravar la cosa.


¿Cómo trató de resolver el capitalismo la crisis de sobreproducción?

El capital ensayó tres vías de salida del atolladero de la sobreproducción: la reestructuración neoliberal, la globalización y la financiarización.


¿En qué consistió la reestructuración neoliberal?

La reestructuración neoliberal tomó la forma del reaganismo y del thatcherismo en el Norte y del ajuste estructural en el Sur. El objetivo era la revigorización de la acumulación de capital, lo que se consiguió: 1) removiendo las restricciones estatales al crecimiento, al uso y a los flujos de capital y de riqueza; y 2) redistribuyendo el ingreso de las clases pobres y medias a los ricos, de acuerdo con la teoría de que se motivaría así a los ricos para invertir y alimentar el crecimiento económico.

El problema de esa fórmula era que, al redistribuir el ingreso en favor de los ricos, estrangulaba el ingreso de los pobres y de las clases medias, lo que provocaba la restricción de la demanda, sin necesariamente inducir a los ricos a invertir más en producción.

De hecho, la reestructuración neoliberal, que se generalizó en el Norte y en el Sur a lo largo de los años ochenta y noventa, tuvo unos pobres registros en términos de crecimiento: el crecimiento global promedio fue de un 1,1% en los 90 y de un 1,4 en los 80, mientras que el promedio en los 60 y en los 70, cuando las políticas intervencionistas eran dominantes, fue, respectivamente, de un 3,5% y de un 2,54%. La reestructuración neoliberal no pudo terminar con la estanflación.


¿En qué medida la globalización fue una respuesta a la crisis?

La segunda vía de escape global ensayada por el capital para enfrentarse a la estanflación fue la "acumulación extensiva" o globalización, es decir, la rápida integración de las zonas semicapitalistas, no-capitalistas y precapitalistas a la economía global de mercado. Rosa Luxemburgo, la celebrada economista y revolucionaria alemana, se percató de este mecanismo hace mucho tiempo, viéndolo como un mecanismo necesario para restaurar la tasa de beneficio en las economías metropolitanas. ¿Cómo? Ganando acceso al trabajo barato; ganando mercados, aun si limitados, nuevos; ganando nuevas fuentes de productos agrícolas y de materia primas baratos; y creando nuevas áreas para inversión en infraestructura. La integración se produce a través de la liberalización del comercio, removiendo los obstáculos a la movilidad del capital y aboliendo las fronteras para la inversión exterior.

China, ni que decir tiene, es el caso más destacado de un área no-capitalista integrada en la economía capitalista global en los últimos 25 años.

Para contrarrestar sus declinantes beneficios, un considerable número de corporaciones empresariales situadas entre las primeras 500 del ranquin de la revista Fortune han trasladado una parte significativa de sus operaciones a China, a fin de aprovechar las ventajas del llamado "precio chino" (las ventajas de costes derivadas de un trabajo barato chino aparentemente inagotable). A mediados de la primera década del siglo XXI, entre el 40 y el 50 por ciento de los beneficios de las corporaciones estadounidenses dimanaban de sus operaciones y ventas en el exterior, y señaladamente, en China.


¿Por qué la globalización no pudo superar la crisis?

El problema con esta vía de salida del estancamiento es que exacerba el problema de la sobreproducción, porque añade capacidad productiva. La China de los últimos 25 años ha venido a añadir un volumen tremendo de capacidad manufacturera, lo que ha tenido por efecto deprimir los precios y los beneficios. No por casualidad, los beneficios de las corporaciones estadounidenses dejaron de crecer hacia 1997- De acuerdo con un índice estadístico, las tasas de beneficios de las 500 de Fortune pasó de 7,15 en 1960-69 a 5,30 en 1980-90, a 2,29 en 1990-99 y a 1,32 n 2000-2002.

Dadas las limitadas ganancias obtenidas en punto a contener el impacto depresivo de la sobreproducción, ya a través de la reestructuración neoliberal, ya con la globalización, la tecera vía de salida resultó vital para mantener y elevar la rentabilidad. La tecera vía es la financiarización.

En el mundo ideal de la teoría económica neoclásica, el sistema financiero es el mecanismo, merced al cual los ahorradores, o quienes se hallan en posesión de fondos excedentes, se juntan con los empresarios que tienen necesidad de sus fondos para invertir en producción. En el mundo real del capitalismo tardío, con la inversión en industria y en agricultura arrojando magros beneficios por causa de la sobreproducción, grandes cantidades de fondos excedentes circulan y son invertidas y reinvertidas en el sector financiero. Es decir, el sistema financiero gira sobre sí mismo.

El resultado es que se ensancha el hiato abierto entre una economía financiera hiperactiva y una economía real en estancamiento. Como bien observa un ejecutivo financiero: "ha habido una creciente desconexión entre la economía real y la economía financiera en estos últimos años. La economía real ha crecido, pero nada comparable a la economía financiera… hasta que estalló".

Lo que no nos dice este observador es que la desconexión entre la economía real y la economía financiera no es accidental: que la economía financiera se disparó precisamente para hacer frente al estancamiento dimanante de la sobreproducción de la economía real.


¿Cuáles fueron los problemas de la financiarización como vía de salida?

El problema de invertir en operaciones del sector financiero es que equivale a exprimir valor de valor ya creado. Puede crear beneficios, de acuerdo, pero no crea nuevo valor –sólo la industria, la agricultura, el comercio y los servicios crean valor nuevo—. Puesto que los beneficios no se basan en la creación de valor nuevo o añadido, las operaciones de inversión resultan extremadamente volátiles, y los pecios de las acciones, las obligaciones y otras formas de inversión pueden llegar a divergir radicalmente de su valor real: por ejemplo, las acciones en empresas incipientes de Internet, que se mantuvieron por un tiempo al alza, sostenidas principalmente por valoraciones financieras en espiral, para luego desplomarse. Los beneficios dependen, entonces, del aprovechamiento de las ventajas orecidas por movimientos de precios que divergen al alza del valor de las mercancías, para vender oportunamente antes de que la realidad fuerce la "corrección" a la baja para ajustarse a los valores reales. El alza radical de los precios de un activo, mucho más allá de los valores reales, es lo que se llama la formación de una burbuja.


¿Por qué la financiarización es tan volátil?

Con la rentabilidad dependiendo de golpes especulativos, no resulta sorprendente que el sector financiero vaya de burbuja en burbuja, o de una manía especulativa a otra.

Puesto que está sostenido por una manía especulativa, el capitalismo inducido financieramente no ha dejado de batir registros en materia de crisis financieras desde que los mercados de capitales fueron desregulados y liberalizados en los 80.

Antes de la actual debacle de Wall Street, las más explosivas fueron la crisis financiera mexicana de 1994-95, la crisis financiera asiática de 1997-1998, la crisis financiera rusa de 1996, el colapso del mercado de valores de Wall Street de 2001 y el colapso financiero argentino de 2002.

El antiguo secretario del Tesoro con Bill Clinton, un hombre de Wall Street –Rober Rubin—, predijo hace cinco años que "las crisis financieras futuras serán con casi toda seguridad inevitables, y podrían llegar a ser hasta peores."


¿Cómo se forman, crecen y estallan las burbujas?

Sirvámonos, a modo de ejemplo, de la crisis financiera asiática de 1997-98.

* Primero: balanza de pagos y liberalización financiera impuestas por el FMI y el Departamento noteamericano del Tesoro.

* Luego, entrada de fondos extranjeros en busca de rápida y elevada rentabilidad, lo que significa que entraron en el Mercado inmobiliario y en el Mercado de valores.

* Sobreinversión, lo que llevó al desplome de los precios en el Mercado de valores y en el Mercado inmobiliario, lo que, a su vez, condujo al pánico y a la coinsiguiente retiada de fondos: en 1997, en unas pocas semanas 100 mil millones de dólares abandonaron las economías del este asiático.

* Rescate de los especuladores extranjeros por parte del FMI.

* Colapso de la economía real: la recesión se extiende por todo el Este asiático en 1998.

* A pesar de la desestabilización a gran escala, todos los intentos realizados para imponer regulaciones nacionales o globales del sistema financiero fueron rechazadas con razones puramente ideológicas.


Volvamos a la presente burbuja. ¿Cómo se formó?

El actual colapso de Wall Street arraiga en la burbuja tecnológica de fines de los 90, cuando el precio de las acciones de las empresas incipientes en el mundo de Internet se disparó, para luego desplomarse, resultando todo ello en la pérdida de activos por valor de 7 billones de dólares y en la recesión de 2001-2002.

Las laxas políticas monetarias de la Rerserva Federal bajo Alan Greenspan estimularon la burbuja tecnológica, y cuando está colapsó dando paso a la recesión, Greenspan, tratando de prevenir una recesión duradera, rebajó en junio de 2003 los tipos de interés a un nivel sin precedentes en 45 años (al 1%), manteniéndolo en ese nivel durante más de un año. Con eso lo que consiguió fue estimular la formación de otra burbuja: la burbuja inmobiliaria.

En fecha tan temprana como 2002, economistas como Dean Baker, del Center for Economic Policy Research, alertaron sobre la formación de una burbuja inmobiliaria. Sin embargo, en fecha tan tardía como 2005 el entonces presidente del Consejo Económico de asesores de la Presidencia de la nación y actual presidente de la Reserva Federal, Bern Bernanke, atribuía el incremento de los precios de la vivienda en EEUU a "unos fundamentos económicos robustos", y no a la actividad especulativa. ¿A quién puede sorprender que el estallido de la crisis subprime en verano de 2007 pillara a este hombrecito con la guardia totalmente baja?


¿Y cómo creció?

Oigámoslo de boca de uno de los propios jugadores clave en los mercados, de George Soros: "Las instituciones hipotecarias animaron a los hipotecados a refinanciar sus hipotecas aprovechando la revalorización experimentada entretanto por sus casas. Rebajaron sus criterios de préstamo e introdujeron nuevos productos, como hipotecas a interés variable, hipotecas que 'sólo servían intereses' y 'ofertas promocionales' con tipos de interés para partirse de risa. Todo eso animó a especular con la vivienda. Los precios de las casas comenzaron a subir a un ritmo de dos dígitos. Eso sirvió para retroalimentar la especulación, y el alza de los precios inmobiliarios consiguió que los propietarios de casas se sintieran ricos; el resultado fue el boom consumista que ha sostenido a la economía estos últimos años."

Observando las cosas más de cerca, se ve que la crisis hipotecaria no resultó de una oferta superior a la demanda real. La "demanda" estaba, por mucho, fabricada por la manía especulativa de promotores y financieros empeñados en conseguir grandes beneficios a partir de su acceso al dinero foráneo que inundó a los EEUU de la última década. Ingentes volúmenes hipotecarios fueron agresivamente ofrecidos y vendidos a millones de personas que, normalmente, no habrían podido permitírselo ofreciéndoles unos tipos de interés ridículamente bajos, ulteriormente ajustables para sacar más dinero de los propietarios de casas.


¿Pero cómo pudieron las hipotecas subprime degenerar en un problema de tales dimensiones?

Porque los activos pasaron entonces a ser "segurizados": quienes habían generado las hipotecas, procedieron a amalgamarlas con otros activos en complejos productos derivados llamados "obligaciones de deuda colateralizada" (CDO, por sus siglas en inglés), lo cual resultó relativamente fácil dado que trabajaban con diversos tipos de intermediarios que, sabedores del riesgo, se deshacían de esos títulos de valores lo más rápidamente posible, pasándolos a otros bancos e inversores institucionales. Esas instituciones, a su vez, se deshacían del producto, pasándolo a otros bancos y a instituciones financieras foráneas.

Cuando aumentaron los tipos de interés de los préstamos subprime, de las hipotecas variables y de otros préstamos inmobiliarios, el juego tocó a su fin. Hay cerca de 6 millones de hipotecas subprime, el 40% de las cuales entrarán en impago en los próximos dos años, según estimaciones de Soros.

A los que hay que añadir otros 5 millones de impagos en los próximos 7 años, derivados de los tipos hipotecarios variables y de otros "préstamos flexibles". Pero los títulos, cuyo valor se cuenta por billones de dólares, ya se han infiltrado como un virus en el sistema financiero global. El gigantesco sistema circulatorio del capitalismo global ha sido fatalmente infectado.


¿Pero cómo pudieron los titanes de Wall Street desplomarse como un castillo de naipes?

Lo que ocurrió con Lehman Brothers, Merrill Lynch, Fannie Mae, Freddie Mac y Bear Stearns fue, simplemente, que las pérdidas representadas por esos títulos tóxicos rebasaban por mucho sus reservas, lo que condujo a su caída. Y más caerán, probablemente, cuando sus libros de contabilidad, que en los que ahora esos títulos figuran en el Haber, se corrijan para reflejar el actual valor de esos activos.

Y muchos otros les seguirán, a medida que vayan quedando expuestas otras operaciones especulativas, como las centradas en las tarjetas de crédito y en las diferentes variedades de seguros contra riesgos. AIG cayó por causa de su gigantesca exposición en el área no-regulada de los contratos de protección crediticia derivada (credit default swaps), unos derivados financieros que permitían a los inversores apostar dinero a la posibilidad de que las empresas no pudieran devolver los préstamos.

Tales apuestas sobre impagos crediticios representan ahora un mercado de 45 billones de dólares, un mercado, como dicho, que carece de toda regulación. La ciclópea dimensión de los activos que podrían quedar dañados en caso de que AIG colapsara fue lo que movió a Washington a cambiar de idea e intervenir para rescatarlo, luego de haber dejado caer a Lehman Brothers.


¿Qué pasará ahora?

Puede decirse sin avilantez que habrá más bancarrotas y más nacionalizaciones e intervenciones públicas, desempeñando las instituciones y los bancos extranjeros un papel auxiliar del gobierno de los EEUU. Que el colapso de Wall Street irá a más y prolongará la recesión norteamericana. Y que la recesión en EEUU se comunicará a Asia y al resto del mundo, que sufrirá también una recesión, si no algo peor. La razón de esto último es que el principal mercado exterior de China son los EEUU y que China, a su vez, importa materias primas y bienes intermedios –de los que se sirve para sus exportaciones a los EEUU— de Japón, Corea y el Sudeste asiático. La globalización ha hecho imposible el "desacoplamiento". Los EEUU, China y el Este asiático andan ahora como tres prisioneros atados a una misma cadena.


¿Y en suma?

El desplome de Wall Street no sólo se debe a la codicia y a la falta de regulación estatal de un sector hiperactivo. El colapso de Wall Street hunde sus raíces en la crisis de sobreproducción que ha sido la plaga del capitalismo global desde mediados de los 70.

La financiarización de la inversión ha sido una de las vías de escape para salir del estancamiento, siendo las otras dos la reestructuración neoliberal y la globalización. Habiendo resultado de poco alivio la reestructuración neoliberal y la globalización, la financiarización pareció atractiva como mecanismo de restauración de la rentabilidad. Pero lo que ahora ha quedado demostrado es que la financiarización es una senda peligrosa que lleva a la formación de burbujas especulativas, capaces de ofrecer una efímera prosperidad a unos cuantos, pero que terminan en el colapso empresarial y en la recesión de la economía real.

Las cuestiones clave son éstas: ¿Cuán profunda y duradera será esta recesión? ¿Necesitará la economía de los EEUU generar otra burbuja especulativa para salir de esta recesión? Y si tal es el caso, ¿dónde se formará la siguiente burbuja? Algunos dicen que la próxima surgirá en el complejo militar-industrial o en el "capitalismo del desastre" sobre el que escribe Naomi Klein. Pero eso es harina de otro costal."


Walden Bello
, profesor de ciencias políticas y sociales en la Universidad de Filipinas (Manila), es miembro del Transnational Institute de Amsterdam y presidente de Freedom from Debt Coalition, así como analista senior en Focus on the Global South