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sábado, 7 de junio de 2008

Yes, He could


Obama logró finalmente ser el candidato a la presidencia por el Partido Demócrata, después de que Clinton anunciara que abandonaba su carrera y le ofrecía todo el apoyo para luchar por la presidencia contra el republicano McCain.

¿Será capaz el "efecto Obama" de atraer los suficientes votos nuevos como para contrarrestar el desplazamiento de los votantes de centro que, presumiblemente, apoyarán la candidatura moderada de McCain frente a la radicalidad de Obama?, ¿Serán suficientes los votos jóvenes y negros para frenar el efecto "primero McCain que Obama" del que dieron cuenta en múltiples ocasiones los seguidores de Clinton durante sus mítines a lo largo y ancho de Estados Unidos?, ¿será la incormporación de Clinton al equipo de Obama la fórmula resolutiva?, ¿o por el contrario se mostraría más contraproducente que acumuladora de votos por aquello del cambio real que significa la figura de Obama dentro del coletivo jóven y negro?


Lo que parece claro es que la campaña para las presidenciales estará repleta de acusaciones de radicalismo al candidato demócrata, acusaciones que serán difíciles de rebatir en muchos casos, sobre todo después de que fueran incluso utilizadas por Hillary en la encarnizada batalla por lograr la nominación demócrata. Recuérdese la controversia suscitada por las palabras del pastor Wright, por ejemplo. A este respecto, la figura de Clinton podría significar un argumento suficientemente pesado como para disuadir, o por lo menos suavizar, el impacto de las acusuaciones que la candidatura republicana a buen seguro utilizará con el objetivo de crear una imagen extremadamente radical del candidato Obama y así llevarse para sí los votos del centro independiente. El problema que presentaría la suma de la Senadora al equipo de Obama es que ésta podría influir muy negativamente en la conquista de nuevos votantes jóvenes, pues la imagen que se ha forjado Clinton entre este colectivo es la de una mujer fría, distante y calculadora capaz de cualquier cosa por lograr sus objetivos personales. Una imagen que, por otra parte, ha sido muy difundida incluso dentro de los círculos más afines a la Senadora y que podría resultar determinante dada la presente situación. Y es que la clave de las próximas presidenciales estará en la cantidad de votos nuevos que logre recaudar el nominado Obama en los Estados Clave, pues gracias al apoyo de la comunidad negra y la juventud "pasota" a través de su masiva participación en los Coscus, , ha sido que éste ha conquistado la nominación frente a Clinton, que se ha hecho con el voto más tradicional demócrata: los trabajadores blancos. El "efecto Obama" ha logrado incormporar incluso a un porcentaje significativo de mujeres; pero el voto obrero blanco se le ha resistido hasta el final, y es ese el que preocupa, pues en última instancia será el necesario si finalmente los nuevos votos no son suficientes para contrarrestar el desplazamiento a la derecha del voto independiente de centro que probablemente logre consolidar McCain con la imagen de hombre moderado y racional que parece estar cosntruyendo. Si el centro independiente vota McCain, pero el efecto Obama logra suficientes nuevos votos mediante los jóvenes que parecen haber encontrado en Obama al líder carismático y de cambio que buscaba, como para contrarrestar dicho desplazamiento
, la fórmula Obama-Clinton carece de sentido, pero si por el contrario no sucede así, es más que probable que sea el voto obrero blanco el que termine decidiendo la contienda; precisamente el voto que Barack no ha logrado conquistar hasta el momento, pero Clinton sí.

¿Habrá pues candidatura conjunta? fundamentalmente la respuesta dependerá de las estadísticas de intención de voto que el Partido Demócrata baraje, y de poco más.

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