La publicación en El País de que la OMS ocultó que sus expertos en Grupe A cobraron de farmacéuticas parece confirmar las más que razonables sospechas respecto de la macro estafa organizada por las grandes Roche, Glaxo y los indecentes Rumsfeld o Fukuda... (ver el documental de la entrada anterior)
Es claro que los mecanismos de control no funcionan. Bien porque en ocasiones no existen, bien porque suelen ir a la retaguardia de los teje-manejes que se producen en los pasillos, las llamadas, los encuentros informales o los nombramientos para cargos de relevancia para sujetos influyentes. Y esto es en el fondo de la cuestión lo que ha sucedido con la crisis mundial.
Si no se logran consolidar unos mecanismos eficaces y eficientes de supervisión y control, la voluntad democrática está en jaque mate. El sistema entero en peligro, pues basta con que a algunos iluminados se les ocurra desvalijar los recursos públicos para que así suceda. Con Tamiflú, con las recalificaciones de terrenos y las adjudicaciones masivas a dedo, o con las comisiones y aranceles que se deben pagar para lograr un contrato público... arriba y abajo se replica el mismo esquema y se pudre la manzana.
Deberían los medios más o menos dignos publicar y republicar estas noticias relacionadas con los sucesos Tamiflú; aunque más no sea por decencia, ya que sirvieron de pieza angular en la reproducción paranoica del miedo de esta nueva estafa a los erarios públicos.
¿Alguien asumirá la responsabilidad?, en España se compraron 13.000.000 de tomas, ¿quién es el responsable último de haber caído en la estafa planetaria y tomado dicha descabellada decisión?, ¿el Ministerio de Salud?... y más allá... ¿Quién debiera pagar, y ante quién por haber sido el ideólogo y el instigador de semejante atraco?... Si tenemos que esperar a que la UE se ponga de acuerdo e inicie acciones legales o cuanto menos denuncie la situación podemos estar tranquilos. Ni Obama nos saca de ésta, por mucho que le exija a BP.
No hay comentarios:
Publicar un comentario