Descarga gratuita del disco de Alea Iacta Est, "confusion"

sábado, 8 de mayo de 2010

Más crisis, por favor.

Las noticias de la crisis cada vez se hacen más humanoides. Es como si hubieran dejado de ser unas simples letras sobre un papel (o sobre una pantalla). El Estado del Bienestar que logró frenar el avance el Comunismo por Europa, pareciera que se quedara escuálido ante esta crisis de envergadura mayúscula. Más de un 20% de paro, y cada vez más parados sin prestaciones, es caldo de cultivo suficiente para desestabilizar a cualquier sociedad... como en Grecia.

Sin embargo, no hay que olvidar que estamos en España. Sí, en la España del éxito europeo y el desarrollo económico y social más vertiginoso que se conoce por los viejos pagos europeos. La transformación metamorfósica de una España rural, cateta y de escasa proyección, a una España europea, consumista, profundamente liberal y de grandes pretensiones. Desde luego parecía más de lo que realmente era...

Lo peor, en cualquier caso, está siendo lo de siempre: la inmensa mayoría de esos españoles ahora europeos de grandes portes y pretensiones, afamados consumistas, antes catetos, rurales y de cortas vistas; que se lo creyeron de tal forma que se ahora se encuentran con una hipoteca a 40 años, dos coches que mantener, hijos que alimentar y probablemente también escuelas privadas que pagar, guarderías, créditos vacacionales, etc., etc., etc.

El drama social español no es más que la resaca de la opulencia y el consumo desmesurado, y de eso no se puede culpar al ciudadano vulgar de a pié, pues éste (cada uno de éstos, o sea, de nosotros) integra en su cabeza aquellos estímulos que recepciona y les infiere su particular sentido... compatibilizando constantemente con los otros, y los medios de comunicación y las tertulias televisivas y los slóganes políticos, hasta hacerse un lío tremendo y terminar infiriendo un sentido a la postre, catastrófico para muchos.

¿Acaso no fueron los gobiernos de diferentes signos y la liga de bancos españoles quienes alimentaron la burbuja inmobiliaria bajo el paradigma neoliberal a ultranza de mayor crecimiento al precio que sea?, ¿acaso no se motivaba a la compra y re-compra de viviendas?, ¿acaso no se recalificaba y recalificaba para construir y construir?, ¿acaso no se jactaban los gobiernos del crecimiento a 3%, único en mondo-viejo?, ¿acaso no se negó y negó la fortaleza del envite de la crisis hasta que era tan sangrante que no se podía ya cubrir el rojo sobre rojo de las cuentas y estadísticas?...

Desde luego que en última instancia es cada sujeto el que infiere el sentido concreto al estímulo que recepciona, pero ante tanta matraca, más de muchos empezarían a sentir que sus precauciones y hábitos de consumo moderado (tan afincados en la ciudadanía habida cuenta del impacto del catolicismo reprimente nacional) iban tan a contracorriente que, o bien iniciaban la pertinente terapia psicoanalista, o bien abandonaban sus cargas mentales catetas y rurales, se daban media vuelta, y se sumaban al carro del despilfarro, el Carpe Diem, Ricky Martin y la María de los 90... desde luego resultaba más atrayente esta última opción. Ya se sabe: salir, beber, vivir al límite, disfrutar la vida... un pasito pa'lante, un pasito pa'trás. Aquellos que lograron mantener cierta coherencia de gastos e "inversiones", están a flote. Aquellos que sucumbieron al impulso...

Pero, ¿qué pasará cuando se terminen los paños calientes del escuálido Estado de Bienestar?...

Seguramente IU y algún Sindicato tengan la solución. Seguramente pensarán en una manifiestacción de los pocos obreros que quedan y los pocos votantes que aún aguantan la tortura de una izquierda que no sabe donde está, quién es y por qué es, para desgracia de todos. Seguramente se presenten a las próximas elecciones con un renovado emblema, aunque mucho me temo que cambiando los colores de las siglas del partido, las consignas serán las tan manidas y poco constructivas de hace un siglo y medio: ¡Huelga general!, ¡planes quinquenales de economía planificada!, ¡abolición del mercado!... y ya no estamos para bromas. Pero ¿qué entonces?, si los sindicatos no representan a nadie (porque nacieron como la fuerza unificada de los obreros cuando éstos existían a patadas en la Europa de la primera revolución Industrial, y trabajaban como cosacos para malvivir sin un mísero derecho... contexto absolutamente diferente del actual), o a pocos, y los parados no tienen voz, y los inmigrantes tampoco, y las mujeres aún no son todo lo iguales que debieran, y las asociaciones parecen más preocupadas por los presupuestos y las subvenciones estatales para poder seguir comiendo... y, por el contrario, los empresarios poderosos saben quiénes son y qué quieren y los banqueros no hace falta ni decirlo... ¿se logrará estructurar un diálogo social en igualdad de condiciones para pactar un nuevo modelo de producción y armonía convivencial?

¡Faltan demasiados actores, y el resto sigue, como no, de fiesta!

No hay comentarios: