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sábado, 21 de febrero de 2009

PAZ sostenible: participada.



Definitivamente la calma tensa que se respira en estos momentos de crisis dentro de los sistemas del bienestar es producto, ni más ni menos, de un gran pacto social resultado de años, décadas e incluso siglos de permanentes tira y afloja entre poderes (entendiendo por estos los sociales, económicos y políticos).

La gran cuestión, por tanto, no es si la Paz es alcanzable, pues huelga decir que ésta es presente y por tanto, lo es en efecto (incluso en eficiencia) pues los seres humanos como entes vivos son historia exitosa como puede fácilmente comprobarse acudiendo a la wikipedia y consultando los miles de millones de habitantes que, mejor o peor (los más), se desarrollan, crecen, viven, se reproducen y/o mueren. La gran cuestión es si llegados a este punto, el del gran pacto del bienestar occidental (los que llegaron), no sería posible construir de una manera más sana, menos dramática y "materialisticamente" histórica, dicho pacto social. Es decir: si para alcanzar unos niveles de organización social sostenibles en todos sus frentes; esto es, en cuanto a lo que a seguridad se refiere (personal y colectiva) económica, social, política, etc, no fuera necesario pasar por tantas calamidades históricas. Si para ser lo que es hoy cualquier estado de derecho democrático europeo, con sus garantías y amparos constitucionales ante los abusos públicos y privados, no fuera necesario pasar por años de guerras, luchas fraticidas o cualquier otra expresión violentológica.

Quizás la transmodernidad teórica de la que somos víctimas los pensadores contemporáneos más jovenes nos haga parecer por momentos frágiles e inocentes; sin embargo, los postulados de la subversión ya han demostrado en demasiadas ocasiones que la sangre con la que se pagó no valió demasiado la pena... sobre todo si consideramos (los hay que no lo lo ven así aún, conste) que la única revolución social subversiva de todas las acontecidas hasta la fecha, sobreviviente y en buena forma (aún con todo) no es más que la burguesa de 1789. Es por tanto cuanto menos pertinente revisar los métodos de acción para la transformación; y digo esto porque la paz (a la que defino como la compatibilización dinámica de realidades) sólo es sostenible a gran escala cuando existe un pacto, pero no cualquier pacto, pues éste sólo es "firmable" cuando satisface las demandes y las necesidades de las diversas redes y grupos sociales, individuos y poderes existentes (valga la redundancia) en un entorno social concreto.

Así pues, la llave para crear ese pacto es iniciar la construcción del propio pacto mediante la puesta en práctica de procesos de construcción participada de tranformaciones sociales, donde se vayan implicando gradualmente las diversas redes, instituciones, poderes, etc. de cada zona, reflexionando entorno a las problemáticas que afectan a la misma y trabajando para la creación de propuestas superadoras de los dilemas y los enfrentamientos, tejiendo puentes, haciendo la reversión, que no la subversión... eso sí, dedíquense los mismos recursos que se dedican a la construcción de la guerra en la construcción del gran pacto social y la paz sostenible está servida.