Tratar de hacer un resumen ejecutivo de lo que es Nueva York, además de demasiado pretencioso, es inútil. Hay demasiado por ver, demasiado por vivir, demasiado por construir y demasiado por contar. Probablemente uno pudiera pasar la vida entera descubriendo la camaleónica NYC. Qué ciudad amigos!
Empezaré por el principio: llegada a JFK, metro hasta la 42 Port Autority con la línea E, directo y Express service; lo que viene a significar que de cada 5 o 7 paradas del tren "lento" (que llaman local) éste hace 1. Total de tiempo desde el aeropuerto hasta el centro absoluto (la 42 port autority está en Times Square): menos de 45 minutos. Apunte que la distancia entre el JFK y la 42 es de unas 5 veces más que la existente entre Barajas T4 y Sol. EL precio del billete de metro, a cualquier lugar de NYC es de 2 dólares. Hay pases mensuales, semanales, etc, con lo que el resultado es el siguiente: cuesta lo mismo que en Madrid, es mejor el servicio, más rápido y llega a más lugares. Eso sí, las paradas son, digámoslo así, cutres, antiguas y algunas están incluso algo deterioradas, pero, es eso lo que verdaderamente importa a la hora de llegar de un sitio a otro?
Una vez en Times Square, alucinar con el gasto energético ridículo de las cientos de pantallas luminosas que por la noche hacen de sol. Anuncios y más anuncios de empresas y más empresas, junto a teatros y más teatros con musicales y más musicales en Broadway Theatre Disctrict. Un tsunami de luces Led, neones, pantallas planas inmensas y bombillas como las de la Feria de Abril te dan la bienvenida a tu salida del metro. Desorientación. Bloqueo. Dónde estoy? en New York City.
El primer transecto desde la 42 Port Autority hasta el hotel donde dormiríamos una media de 5 hrs por noche fue un desfile de étnias y más étnias. Caminando tranquilamente o con prisa por esas inmensas aceras que te hacen sentir seguro e incluso cómodo en esa masa de asfaltos, coches, edificios kilométricos y pantallas enormes. Sin aglomeraciones molestas, sin un tráfico imposible, sin encontrar por ningún lado esas preciosas obras públicas de carreteras y aceras que tanto se disfrutan en Madrid, especialmente cuando uno lleva maletas.
Qué ciudad mas impactante! Según dejamos las maletas en la 409 del Travel Inn Hotel, nos fuimos a cenar. Qué mejor que una hamburguesa grasienta y asquerosa yankee para bajarse de la nube en la que habíamos entrado involuntariamente? Resultó rana el experimento. Fuimos a pié hasta el Flatiron Building (ese edificio en forma de triángulo situado en el extremo de una manzana de edificios con Broaway Ave), frente a la Plaza Madison Park, donde se encuentra el Shake Shack. Reconocido por críticos gastronómicos y ciudadanos neoyorkinos como el mejor antro de hamburguesas de la city; dando fe la cola de 1 hora que para realizar la comanda hay cada día. Pedimos French Fries, Shake Shack Burguer y Cerveza (aquí sí ponen, no como en Mc Donnalds)... y la sorpresa fue pluscuamperfecta. Qué buena estaba la P. Hamburguesa y qué bonita era esa plaza, y qué buen rollo se respiraba en esa zona! Comenzaba a pensar que me habían echado algo en la apestosa comida de Iberia. No entendía nada. Se respiraba tranquilidad en el medio de NYC, calma y encima la hamburguesa estaba buena. Digo que realmente era una elaboración gastronómica gustosa y con sus matices!
La vuelta al Hotel, a través de Broadway, otro sueño... de repente, carteles en Koreano y Koreanos por todas partes. Estábamos atravesando Little Korea. NYC comenzaba a mostrarse en toda su expresión...
(continuará...)
Empezaré por el principio: llegada a JFK, metro hasta la 42 Port Autority con la línea E, directo y Express service; lo que viene a significar que de cada 5 o 7 paradas del tren "lento" (que llaman local) éste hace 1. Total de tiempo desde el aeropuerto hasta el centro absoluto (la 42 port autority está en Times Square): menos de 45 minutos. Apunte que la distancia entre el JFK y la 42 es de unas 5 veces más que la existente entre Barajas T4 y Sol. EL precio del billete de metro, a cualquier lugar de NYC es de 2 dólares. Hay pases mensuales, semanales, etc, con lo que el resultado es el siguiente: cuesta lo mismo que en Madrid, es mejor el servicio, más rápido y llega a más lugares. Eso sí, las paradas son, digámoslo así, cutres, antiguas y algunas están incluso algo deterioradas, pero, es eso lo que verdaderamente importa a la hora de llegar de un sitio a otro?
Una vez en Times Square, alucinar con el gasto energético ridículo de las cientos de pantallas luminosas que por la noche hacen de sol. Anuncios y más anuncios de empresas y más empresas, junto a teatros y más teatros con musicales y más musicales en Broadway Theatre Disctrict. Un tsunami de luces Led, neones, pantallas planas inmensas y bombillas como las de la Feria de Abril te dan la bienvenida a tu salida del metro. Desorientación. Bloqueo. Dónde estoy? en New York City.
El primer transecto desde la 42 Port Autority hasta el hotel donde dormiríamos una media de 5 hrs por noche fue un desfile de étnias y más étnias. Caminando tranquilamente o con prisa por esas inmensas aceras que te hacen sentir seguro e incluso cómodo en esa masa de asfaltos, coches, edificios kilométricos y pantallas enormes. Sin aglomeraciones molestas, sin un tráfico imposible, sin encontrar por ningún lado esas preciosas obras públicas de carreteras y aceras que tanto se disfrutan en Madrid, especialmente cuando uno lleva maletas.
Qué ciudad mas impactante! Según dejamos las maletas en la 409 del Travel Inn Hotel, nos fuimos a cenar. Qué mejor que una hamburguesa grasienta y asquerosa yankee para bajarse de la nube en la que habíamos entrado involuntariamente? Resultó rana el experimento. Fuimos a pié hasta el Flatiron Building (ese edificio en forma de triángulo situado en el extremo de una manzana de edificios con Broaway Ave), frente a la Plaza Madison Park, donde se encuentra el Shake Shack. Reconocido por críticos gastronómicos y ciudadanos neoyorkinos como el mejor antro de hamburguesas de la city; dando fe la cola de 1 hora que para realizar la comanda hay cada día. Pedimos French Fries, Shake Shack Burguer y Cerveza (aquí sí ponen, no como en Mc Donnalds)... y la sorpresa fue pluscuamperfecta. Qué buena estaba la P. Hamburguesa y qué bonita era esa plaza, y qué buen rollo se respiraba en esa zona! Comenzaba a pensar que me habían echado algo en la apestosa comida de Iberia. No entendía nada. Se respiraba tranquilidad en el medio de NYC, calma y encima la hamburguesa estaba buena. Digo que realmente era una elaboración gastronómica gustosa y con sus matices!
La vuelta al Hotel, a través de Broadway, otro sueño... de repente, carteles en Koreano y Koreanos por todas partes. Estábamos atravesando Little Korea. NYC comenzaba a mostrarse en toda su expresión...
(continuará...)
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